viernes, 2 de marzo de 2007

PREOCUPACION DEL SR.GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.


Fecha 2007-02-23

EL GOBERNADOR SE PREOCUPA, NOSOTROS NOS ESPANTAMOS
El Gobernador está preocupado
EL GOBERNADOR SE PREOCUPA, NOSOTROS NOS ESPANTAMOS
Preocupa al Gobernador Felipe Solá, la creciente ebullición que se está instalando en los efectivos de la policía bonaerense, fundamentalmente en los cuadros medios e inferiores.
Las razones de este malestar son varias y a medida que pasa el tiempo, la impotencia de revertir la situación se refleja con mayor nitidez en el rostro de los colaboradores más cercanos al mandatario provincial. Es que al incremento de los índices delictivos, se le suman inocultables desaciertos políticos en cuanto al manejo de la institución policial y cuestiones particulares de la propia fuerza, que no son pocas. Malestar en los operativos veraniegos.
Las condiciones infrahumanas a las que se somete actualmente al personal que cubre servicios en la zonas veraniegas, donde la mayoría son del interior y se inscriben voluntariamente para poder reforzar con los viáticos sus magros salarios, se están viendo obligados a recurrir precisamente a sus haberes para poder afrontar los gastos que le genera cumplir ese servicio, dado que los viáticos son realmente insuficientes, viéndose obligados a dormir e higienizarse en estaciones de servicio, depender de la buena voluntad de restaurantes para ahorrarse la comida, viajar “a dedo” para poder ver a su familia, siendo esto solo algunas de las penurias que padecen.
Ascensos.
La disposición de ascensos sin ningún criterio de equidad y violándose antigüedad, calificaciones y sacrificios basados solo en “vínculos ministeriales” hacen que el clamor del descontento se haya hecho escuchar claramente en el despacho del propio gobernador a través de “anónimos” enviados por policías y de lo que ha reflejado la crónica periodística a nivel local y nacional.
Las “Purgas”.
Purgas y más purgas llevadas adelante por el gobierno, tratando de enviar a la sociedad, el mensaje que el problema de la inseguridad estaba instalado en la policía y que a medida que se la fuera “despellejando”, la cuestión iba a cambiar, pero que a la luz de los resultados nada más alejado de la realidad pero también impactó gravemente en el interior de la fuerza policial.
La salida forzada de un sinnúmero de efectivos con experiencia y la evidente pérdida de la conducción de la fuerza policial por parte del Ejecutivo, terminó anarquizándola llevando a que hoy nadie responde a nadie. precisamente por no contar con referentes respetados y creíbles, que en una institución de estructura verticalista es fundamental.
La única herramienta con que se cuenta para pretende hacer “caminar” a los policías, es con el terror de aplicársele la “Ley de Prescindibilidad”, la que ya lleva nueve años de aplicación, ha ido generando naturalmente, entre los uniformados, fuertes anticuerpos, ya nadie se preocupa en cumplir la misión para la que policía tiene razón de ser, limitándose exclusivamente a evitar cualquier conducta que pueda despertar el enojo ministerial y de las máximas jerarquías policiales a quienes realmente desprecian, pero bien lejos de investigar delitos y perseguir delincuentes.
Sueldos.
La discusión de los haberes a través de las paritarias, excluyen al personal policial y éstos solo reciben los porcentajes que al gobierno se les antoja acordarles, con el agravante que una vez otorgados, comienzan a percibirlo dos o tres meses después que el resto de la Administración Pública.
Debe sumarse a esto, el achatamiento salarial entre el ingresante y la máxima jerarquía, haciendo naufragar las expectativas de mejorar sustancialmente sus haberes a medida que el funcionario asciende, tiene mayor antigüedad y responsabilidades más exigentes tanto funcionales como familiares. Esta cuestión sumadas a las ya señaladas, esmerila seriamente cualquier vocación de servicio.
La sociedad toda se ha dado cuenta que la han vuelto a engañar y reclama resultados positivos que no llegan y desde el Ministerio de Seguridad, saben que por más que los Jefes Superiores amenacen con la prescindibilidad, las posibilidades de hacer funcionar a la policía y obtener resultados favorables es cada vez más lejana.
Apuntar a la Justicia.
Convencido el Poder Ejecutivo que el discurso “adormecedor” de la reforma policial a fracasado, ha decidido iniciar toda una campaña en favor de la “Reforma Penal”, pretendiendo hacer aparecer a la Justicia como responsable de todos los males que nos aquejan en materia de seguridad y que “ese es el camino salvador”, posición que de ninguna manera comparten, seria y fundadamente Magistrados, Colegio de Abogados y especialistas de reconocida solvencia intelectual y práctica.
Daniel Scioli se impacienta.
El Gobernador Solá, acordó con el casi seguro candidato del oficialismo Daniel Scioli, que se abstenga de hacer ningún comentario adverso sobre la política de seguridad y sus resultados, cosa que hasta ahora se está cumpliendo a rajatabla. Pero a medida que se acerca la fecha de lanzamiento de su candidatura y plataforma electoral, Scioli se impacienta y preocupa y sabe que mas temprano que tarde, tendrá que marcar en ese campo, profundas diferencias, para evitar pagar un costo político ajeno, que no está decidido a cargar sobre sus espaldas.
Como se puede apreciar, el gobernador Ingeniero Felipe Sola, tiene reales motivos para estar preocupado.
Mientras tanto, a todos los bonaerense nos une el espanto.

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