sábado, 25 de agosto de 2007

Documento de la Conferencia Espicopal Argentina.-

Al Pueblo de Dios y a los hombres y mujeres de buena voluntad
147º REUNION DE LA COMISIÓN PERMANENTE
23 de agosto de 2007

La realización de elecciones nacionales significa un momento muy importante en la vida de los pueblos; allí se expresa la voluntad popular y se refuerzan las instituciones de la democracia.
Los Obispos reunidos en la 147ª Comisión Permanente, movidos por nuestra voluntad de servir al bien común, deseamos reiterar en este momento de nuestra vida democrática la Exhortación Pastoral realizada el 28 de abril pasado “Sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones” por la Asamblea Plenaria del Episcopado.
A los hijos de la Iglesia, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad
I. La Pascua y la vocación del cristiano en el mundo
1. La fe en Jesús resucitado, que celebramos más intensamente en este tiempo de Pascua, nos impulsa a renovar nuestra vida, viviéndola con verdad, libertad, justicia y solidaridad en la Iglesia y en la sociedad política de la que formamos parte. Somos miembros de las dos, y en las dos la fe nos llama a vivir nuestra vocación.
2. En estas circunstancias históricas, la fe nos exige crecer aún más en nuestro compromiso ciudadano. Somos conscientes de los pasos dados para superar la crisis en la que habíamos caído. Sin embargo, no podemos dejar de atender a la profundidad de la misma. Ésta, si bien tuvo consecuencias económicas y sociales muy graves, viene de vieja data, y tiene sus profundas raíces en el individualismo y en el relativismo que distorsionan la concepción de la vida humana y de la convivencia.
3. De allí la necesidad urgente que todos los argentinos, y especialmente los cristianos, descubramos mejor nuestra vocación por el bien común, y así nos convirtamos “de habitantes en ciudadanos”, corresponsables de la vida social y política, a lo que nos ayuda el conocimiento y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia.
II. Las próximas elecciones
4. Este año, marcado de manera particular por las elecciones, es una ocasión propicia para que hagamos un examen serio de nuestro comportamiento social, y analicemos cómo es el cumplimiento de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos, sea como simples ciudadanos, sea como autoridades llamadas a ejercer la función para la que son elegidas.
5. El acto eleccionario requiere el conocimiento de las propuestas y el pleno ejercicio de la libertad del ciudadano. Esto compromete al que se postula, quien debe definir claramente su programa de acción política, y al que debe votar, a informarse debidamente de la probidad de los candidatos y de la dimensión ética de sus propuestas.
6. La trascendencia del acto eleccionario exige una gran transparencia, que lo aleje de prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica. Por otra parte, es obligación del ciudadano controlar la gestión del gobernante.
III. Algunos desafíos a tener presentes
7. Son muchos los desafíos que debemos enfrentar. Señalamos algunos que nos parecen más significativos y nos comprometen como ciudadanos:
- a) la vida: es un don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar. Corresponde que la preservemos desde el momento de la concepción y cuidemos su existencia y dignidad hasta su fin natural;
- b) la familia: fundada en el matrimonio entre varón y mujer, es la célula básica de la sociedad y la primera responsable de la educación de los hijos. Debemos fortalecer sus derechos y promover la educación de los jóvenes en el verdadero sentido del amor y en el compromiso social;
- c) el bien común: es el bien de todos los hombres y de todo el hombre. Debemos ponerlo por sobre los bienes particulares y sectoriales. Su primacía sustenta y fortalece los tres poderes del Estado, cuya autonomía, real y auténtica, se hace imprescindible para el ejercicio de la democracia. Dicho bien común se afianza cuando la autoridad sanciona leyes justas y vela por su acatamiento. También el ciudadano está obligado en conciencia a cumplirlas, salvo que se opongan a la ley natural;
- d) la inclusión: debemos priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos. La pobreza y la inequidad, no obstante el crecimiento económico y los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales. Toda gestión social, política y económica debe estar orientada al logro de una mayor equidad, que permita a todos la participación en los bienes espirituales, culturales y materiales;
- e) el federalismo: tenemos que promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las Provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central. Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del País;
- f) políticas de Estado: la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia.
8. Nuestro país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos. Nos queda pendiente la deuda de la reconciliación. En este sentido, el Papa nos recuerda que “las condiciones para establecer una paz verdadera son la restauración de la justicia, la reconciliación y el perdón”.
Nuestro más vivo deseo es que el período de conmemoración del bicentenario, que celebraremos entre el 2010 y el 2016, nos encuentre fortalecidos en un espíritu común, donde la reconciliación de los argentinos genere finalmente un ambiente de verdadera paz y amistad social.
9. Al concluir nuestra 93ª Asamblea Plenaria, compartimos con ustedes estas reflexiones, que son nuestra preocupación y, a la vez, nuestra esperanza para el futuro de la Patria.
Que María Santísima, nuestra Madre de Luján, nos acompañe con su intercesión, en este camino del pueblo argentino.
Buenos Aires, jueves 23 de agosto de 2007.-147ª reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina.-

AL PUEBLODE DIOS Y A LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOILUNTAD.

147º REUNION DE LA COMISIÓN PERMANENTE
23 de agosto de 2007
La realización de elecciones nacionales significa un momento muy importante en la vida de los pueblos; allí se expresa la voluntad popular y se refuerzan las instituciones de la democracia.
Los Obispos reunidos en la 147ª Comisión Permanente, movidos por nuestra voluntad de servir al bien común, deseamos reiterar en este momento de nuestra vida democrática la Exhortación Pastoral realizada el 28 de abril pasado “Sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones” por la Asamblea Plenaria del Episcopado.
A los hijos de la Iglesia, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad
I. La Pascua y la vocación del cristiano en el mundo
1. La fe en Jesús resucitado, que celebramos más intensamente en este tiempo de Pascua, nos impulsa a renovar nuestra vida, viviéndola con verdad, libertad, justicia y solidaridad en la Iglesia y en la sociedad política de la que formamos parte. Somos miembros de las dos, y en las dos la fe nos llama a vivir nuestra vocación.
2. En estas circunstancias históricas, la fe nos exige crecer aún más en nuestro compromiso ciudadano. Somos conscientes de los pasos dados para superar la crisis en la que habíamos caído. Sin embargo, no podemos dejar de atender a la profundidad de la misma. Ésta, si bien tuvo consecuencias económicas y sociales muy graves, viene de vieja data, y tiene sus profundas raíces en el individualismo y en el relativismo que distorsionan la concepción de la vida humana y de la convivencia.
3. De allí la necesidad urgente que todos los argentinos, y especialmente los cristianos, descubramos mejor nuestra vocación por el bien común, y así nos convirtamos “de habitantes en ciudadanos”, corresponsables de la vida social y política, a lo que nos ayuda el conocimiento y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia.
II. Las próximas elecciones
4. Este año, marcado de manera particular por las elecciones, es una ocasión propicia para que hagamos un examen serio de nuestro comportamiento social, y analicemos cómo es el cumplimiento de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos, sea como simples ciudadanos, sea como autoridades llamadas a ejercer la función para la que son elegidas.
5. El acto eleccionario requiere el conocimiento de las propuestas y el pleno ejercicio de la libertad del ciudadano. Esto compromete al que se postula, quien debe definir claramente su programa de acción política, y al que debe votar, a informarse debidamente de la probidad de los candidatos y de la dimensión ética de sus propuestas.
6. La trascendencia del acto eleccionario exige una gran transparencia, que lo aleje de prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica. Por otra parte, es obligación del ciudadano controlar la gestión del gobernante.
III. Algunos desafíos a tener presentes
7. Son muchos los desafíos que debemos enfrentar. Señalamos algunos que nos parecen más significativos y nos comprometen como ciudadanos:
- a) la vida: es un don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar. Corresponde que la preservemos desde el momento de la concepción y cuidemos su existencia y dignidad hasta su fin natural;
- b) la familia: fundada en el matrimonio entre varón y mujer, es la célula básica de la sociedad y la primera responsable de la educación de los hijos. Debemos fortalecer sus derechos y promover la educación de los jóvenes en el verdadero sentido del amor y en el compromiso social;
- c) el bien común: es el bien de todos los hombres y de todo el hombre. Debemos ponerlo por sobre los bienes particulares y sectoriales. Su primacía sustenta y fortalece los tres poderes del Estado, cuya autonomía, real y auténtica, se hace imprescindible para el ejercicio de la democracia. Dicho bien común se afianza cuando la autoridad sanciona leyes justas y vela por su acatamiento. También el ciudadano está obligado en conciencia a cumplirlas, salvo que se opongan a la ley natural;
- d) la inclusión: debemos priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos. La pobreza y la inequidad, no obstante el crecimiento económico y los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales. Toda gestión social, política y económica debe estar orientada al logro de una mayor equidad, que permita a todos la participación en los bienes espirituales, culturales y materiales;
- e) el federalismo: tenemos que promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las Provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central. Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del País;
- f) políticas de Estado: la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia.
8. Nuestro país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos. Nos queda pendiente la deuda de la reconciliación. En este sentido, el Papa nos recuerda que “las condiciones para establecer una paz verdadera son la restauración de la justicia, la reconciliación y el perdón”.
Nuestro más vivo deseo es que el período de conmemoración del bicentenario, que celebraremos entre el 2010 y el 2016, nos encuentre fortalecidos en un espíritu común, donde la reconciliación de los argentinos genere finalmente un ambiente de verdadera paz y amistad social.
9. Al concluir nuestra 93ª Asamblea Plenaria, compartimos con ustedes estas reflexiones, que son nuestra preocupación y, a la vez, nuestra esperanza par el futuro de la Patria.
Que María Santísima, nuestra Madre de Luján, nos acompañe con su intercesión, en este camino del pueblo argentino.
Buenos Aires, jueves 23 de agosto de 2007
147ª reunión de la Comisión Permanente
de la Conferencia Episcopal Argentina

DOCUMENTO DE LA CONFERENCIA ESPICOPAL ARGENTINA.-

Al Pueblo de Dios y a los hombres y mujeres de buena voluntad
147º REUNION DE LA COMISIÓN PERMANENTE
23 de agosto de 2007
Publicado en sitio Diario7.-
La realización de elecciones nacionales significa un momento muy importante en la vida de los pueblos; allí se expresa la voluntad popular y se refuerzan las instituciones de la democracia.
Los Obispos reunidos en la 147ª Comisión Permanente, movidos por nuestra voluntad de servir al bien común, deseamos reiterar en este momento de nuestra vida democrática la Exhortación Pastoral realizada el 28 de abril pasado “Sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones” por la Asamblea Plenaria del Episcopado.
A los hijos de la Iglesia, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad
I. La Pascua y la vocación del cristiano en el mundo
1. La fe en Jesús resucitado, que celebramos más intensamente en este tiempo de Pascua, nos impulsa a renovar nuestra vida, viviéndola con verdad, libertad, justicia y solidaridad en la Iglesia y en la sociedad política de la que formamos parte. Somos miembros de las dos, y en las dos la fe nos llama a vivir nuestra vocación.
2. En estas circunstancias históricas, la fe nos exige crecer aún más en nuestro compromiso ciudadano. Somos conscientes de los pasos dados para superar la crisis en la que habíamos caído. Sin embargo, no podemos dejar de atender a la profundidad de la misma. Ésta, si bien tuvo consecuencias económicas y sociales muy graves, viene de vieja data, y tiene sus profundas raíces en el individualismo y en el relativismo que distorsionan la concepción de la vida humana y de la convivencia.
3. De allí la necesidad urgente que todos los argentinos, y especialmente los cristianos, descubramos mejor nuestra vocación por el bien común, y así nos convirtamos “de habitantes en ciudadanos”, corresponsables de la vida social y política, a lo que nos ayuda el conocimiento y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia.
II. Las próximas elecciones
4. Este año, marcado de manera particular por las elecciones, es una ocasión propicia para que hagamos un examen serio de nuestro comportamiento social, y analicemos cómo es el cumplimiento de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos, sea como simples ciudadanos, sea como autoridades llamadas a ejercer la función para la que son elegidas.
5. El acto eleccionario requiere el conocimiento de las propuestas y el pleno ejercicio de la libertad del ciudadano. Esto compromete al que se postula, quien debe definir claramente su programa de acción política, y al que debe votar, a informarse debidamente de la probidad de los candidatos y de la dimensión ética de sus propuestas.
6. La trascendencia del acto eleccionario exige una gran transparencia, que lo aleje de prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica. Por otra parte, es obligación del ciudadano controlar la gestión del gobernante.
III. Algunos desafíos a tener presentes
7. Son muchos los desafíos que debemos enfrentar. Señalamos algunos que nos parecen más significativos y nos comprometen como ciudadanos:
- a) la vida: es un don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar. Corresponde que la preservemos desde el momento de la concepción y cuidemos su existencia y dignidad hasta su fin natural;
- b) la familia: fundada en el matrimonio entre varón y mujer, es la célula básica de la sociedad y la primera responsable de la educación de los hijos. Debemos fortalecer sus derechos y promover la educación de los jóvenes en el verdadero sentido del amor y en el compromiso social;
- c) el bien común: es el bien de todos los hombres y de todo el hombre. Debemos ponerlo por sobre los bienes particulares y sectoriales. Su primacía sustenta y fortalece los tres poderes del Estado, cuya autonomía, real y auténtica, se hace imprescindible para el ejercicio de la democracia. Dicho bien común se afianza cuando la autoridad sanciona leyes justas y vela por su acatamiento. También el ciudadano está obligado en conciencia a cumplirlas, salvo que se opongan a la ley natural;
- d) la inclusión: debemos priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos. La pobreza y la inequidad, no obstante el crecimiento económico y los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales. Toda gestión social, política y económica debe estar orientada al logro de una mayor equidad, que permita a todos la participación en los bienes espirituales, culturales y materiales;
- e) el federalismo: tenemos que promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las Provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central. Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del País;
- f) políticas de Estado: la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia.
8. Nuestro país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos. Nos queda pendiente la deuda de la reconciliación. En este sentido, el Papa nos recuerda que “las condiciones para establecer una paz verdadera son la restauración de la justicia, la reconciliación y el perdón”.
Nuestro más vivo deseo es que el período de conmemoración del bicentenario, que celebraremos entre el 2010 y el 2016, nos encuentre fortalecidos en un espíritu común, donde la reconciliación de los argentinos genere finalmente un ambiente de verdadera paz y amistad social.
9. Al concluir nuestra 93ª Asamblea Plenaria, compartimos con ustedes estas reflexiones, que son nuestra preocupación y, a la vez, nuestra esperanza par el futuro de la Patria.
Que María Santísima, nuestra Madre de Luján, nos acompañe con su intercesión, en este camino del pueblo argentino.
Buenos Aires, jueves 23 de agosto de 2007
147ª reunión de la Comisión Permanente
de la Conferencia Episcopal Argentina

martes, 21 de agosto de 2007

¡...ESTO SUCEDE EN ARGENTINA EN EL AÑO 2007..!

SENTENCIA CATEGÓRICA :Recientemente la Cámara Civil y Comercial Federal, Causa 2052/99, confirmó un fallo por el que con motivo de un tiroteo entre la Policía Federal y dos delincuentes sorprendidos "in fraganti" cuando asaltaban un garaje, se produjo la muerte de un delincuente. La sentencia establece que el Estado debe resarcir el daño moral a la viuda y a los 3 hijos del delincuente abatido, por un total de $ 125.000, ya que "delincuente o no" la victima era esposo y padre y que su familia ha debido experimentar un dolor moral por su pérdida, dolor que debe resarcirse.
DEDUCCION: Si se roba impunemente puede disfrutar (el ladrón) del botín; si es herido por la victima al defenderse o por la policía, tendrá resarcimiento por incapacidad laboral temporaria y si muere, le queda la indemnización a su viuda e hijos. En ARGENTINA ser delincuente es buen negocio, de una manera u otra, el delincuente siempre logra su botín, de su victima o del Estado (o sea nosotros).Y según el tango:"...Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador...

sábado, 4 de agosto de 2007

SECONCRETA EL DESPOJO-POR EL GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

SITUACIONES QUE OCURREN EN EL MINISTERIO DE SEGURIDAD-POLICIA BONAERENSE.-
Extraído del las paginas de APROPOBA-03-AGOSTO-2007,-

Después de mucho andar, en la fecha se ha comenzado al pago de parte de la deuda originada con motivo del Decreto 1014, a los acreedores que no habían iniciado actuaciones administrativas o judiciales.
Mientras tanto quienes habiendo realizado los reclamos correspondientes con resultado negativo confiaron en que la justicia les daría el amparo legal correspondiente deben continuar esperando nuevamente a que esa misma justicia homologue los mal llamados “convenios”, ya que no puede denominarse de ese modo ni tampoco de la manera mas simpática de “adhesión” con que se señala desde el ámbito oficial a no otra cosa que una explícita extorsión a la que no tuvieron otra salida que prestarse ante la ausencia judicial, y la complicidad del Poder Legislativo que vergonzosamente se prestara a las maniobras del Ejecutivo, votando una ley sumamente alejada de los principios constitucionales que como primera medida debería respetar.
Ya está, todos sabemos lo que ocurrió, y también lo tendremos en la memoria, junto con otros agravios, a la que nos invita el Presidente de la Nación para cuando depositemos nuestra opción electoral, todos sabemos quienes cometieron la primero felonía desde el entonces gobierno de la provincia de Buenos Aires cuando no se respetó la ley que asegura la equiparación entre activos y pasivos. Todos sabemos como actuaron los gobiernos que siguieron hasta el presente que “perdonado” por la justicia, tuvo la ocasión de fijar unilateralmente pagar solo la mitad del capital adeudado, sin intereses y a largo plazo. Todos sabemos que la inexplicable demora de la desprestigiada justicia de la provincia de Buenos Aires en una causa de tanta claridad solamente se debía al amparo dado al gobierno para que pudiera manejar la cuestión a su antojo. Todos sabemos los legisladores que se prestaron a votar una ley que avergüenza a toda la legislatura. Todos sabemos también quienes desde nuestras filas se prestaron a juego tan sucio, quizás no en su propio perjuicio, pero sí en el de sus compañeros negociando y aceptando, sin representatividad, en sus nombres.
La maniobra de despojo de nuestros derechos como acreedores, del dinero que nos correspondía, y por sobre todo de las últimas ilusiones en la dignidad de los componentes de los tres poderes del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires que se prestaran a maniobra tan vulnerante al derecho del ciudadano, ya se ha comenzado a concretar. Nada podemos hacer ante la indefensión a la que nos somete la justicia a los ciudadanos de segunda o tercera categoría como somos los policías, nada salvo “tener buena memoria”.
APROPOBA, 2 de agosto de 2007.

MIGUEL ANGEL REYNOSO
Secretario General