lunes, 9 de abril de 2007

Y LA PESTE AVANZA

Publicado el 9 de April, 2007 por , Ed., Columnistas.
Este Siglo XXI no ha llegado a Latino América con prosperidad ni con señales de un futuro promisorio, todo lo contrario existe un retroceso evidente hacia la barbarie.El origen de estas calamidades lleva adosado la participación de distintas corrientes que con un mismo ideario se enquistaron en el poder en países de la región. Incidiendo incluso en los procesos eleccionarios de otros pueblos y es así como la intervención de Hugo Chávez logró llevar al poder a Evo Morales en Bolivia, a Rafael Correa en Ecuador y a Daniel Ortega en Nicaragua.
Este tipo de intromisiones que vulnera la soberanía de los países de la región sería imposible si el venezolano no contara con el apoyo incondicional de Néstor Kirchner, quien parece haberle otorgado a Chávez el libre albedrío para hacer y deshacer lo que le plazca en territorio argentino a cambio de petrodólares que sostienen la economía de su país.
Estos dos mandatarios, desde la perversidad de su pensamiento están dilapidando el futuro de los países que hoy se encuentran bajo tan inmoral tutela, quebrantando las distintas pseudo democracias propiciadas por ellos mismos y aplicando las enseñanzas recibidas del caduco dictador cubano, en sus procedimientos de amenazas y castigos para con todos aquellos que no acepten los retorcidos principios de la tortuosa revolución castrista.
El peso del estigma castro-marxista está aplastando despiadadamente a los pueblos latino americanos, con las mismas consecuencias que acentúan la indigencia y promueven la cultura de la dádiva fija entre los más desposeídos, los que son manejados a partir de la necesidad por estos gobernantes.
Decadencia moral y promiscuidad como políticas de estado se instauran para anular las mentes de los jóvenes, quienes lejos de ser amparados por las leyes y derechos constitucionales, se les está introduciendo a un submundo de disvalores, destrucción de la institución familiar y una educación acotada por una historia ilegítima, reescrita en reemplazo de la real que resulta inconveniente para los tiranosuelos adictos a todas las ramas del terrorismo que azotó a los diferentes países.
Crítica es la situación en Venezuela, Bolivia, Argentina y Brasil, cuyas poblaciones se encuentran a merced de grupos de una izquierda violenta y amenazante, que cuenta en sus filas con integrantes de distintas organizaciones disfrazadas de defensores de los derechos humanos.
Un caso emblemático es la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, cuyo liderazgo lo ejerce Hebe de Bonafini, mujer que ha traspasado todas las fronteras y que ha aglutinado a todas las minorías delictivas existentes en el mundo como embajadora del terrorismo generalizado, se ha hecho vocera de ETA, Hizbollah, las FARC y cuanta lacra similar ande suelta por el planeta, importando odios congénitos desde Cuba y España.
La proliferación de estos personajes en América Latina conducen al cadalso a millones de ciudadanos que se ven anulados a raíz de estas delirantes prácticas, consensuadas por impresentables hombres que adquieren sus poderes a través de convenios especulativos, es decir para que otros gobernantes puedan mantenerse como tales deberán acatar las órdenes de Chávez y Kirchner.
Ejemplo de ello son las interferencias que el presidente argentino viene ejerciendo con Uruguay, promoviendo cortes de ruta que lamentablemente están poniendo en riesgo la paz entre ambas naciones por medio de un conflicto que el Señor Kirchner no parece estar dispuesto a solucionar por medio de la diplomacia, sembrando de escollos la tradición de hermandad de ambos países.
Una Argentina que se torna cada vez más insoportable para la vida cotidiana, que al igual que Venezuela se encuentra sometida a la delincuencia organizada y con todas las instituciones colapsadas, no refleja precisamente el sueño de los Libertadores.
Esta mancha se extiende corporativamente entre países hermanos y Paraguay no parece ser la excepción, la “organización” se ha incorporado a su vida política buscando enquistarse por medio de un “obispo rojo”, alumno dilecto del dictador venezolano y confesor de Hebe de Bonafini.
Como una virulenta enfermedad que está afectando a los pueblos latino americanos, esta “peste” avanza y es imperativo generar los anticuerpos necesarios antes que la infección contamine totalmente a sus sociedades.
Autor La Historia Paralela

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