¿COSAS QUE SUCEDEN ?

Publicado Opinion.
El calamitoso funcionamiento de los ferrocarriles en Argentina irritó a los usuarios en Plaza Constitución y entonces se desató la barbarie, la consecuencia inmediata doce policías heridos, lapidados literalmente por quienes protagonizaron la revuelta, pero claro en este País progresista son gajes del oficio.
El gobierno del Señor Kirchner no solo ha tolerado lo que denomina “Protesta Social” si no que la ha alentado permanentemente y esto ha sido acompañado por una campaña oficial de desprestigio y cuestionamiento a la institución policial, inobservancia de las leyes y desconocimiento del mandato constitucional de “afianzar la paz interior”
Las diferentes organizaciones sociales, muchas de ellas que comparten el pensamiento del Primer Magistrado, independientemente de lo legítimo o no de sus reclamos, han ejercido el vandalismo en forma reiterada a todo lo largo y lo ancho de la República, rotura de vidrieras, incendios y saqueos de locales comerciales, tomas de comisarías, cortes de rutas y puentes, han estado a la orden del día y nunca sus protagonistas responden por la responsabilidad de sus actos, mientras que las fuerzas de seguridad sometidas a órdenes, la mayoría de las veces contradictorias cuando deben enfrentarse a situaciones que las desbordan, se convierten en los patos de la boda.
Si a la ausencia del estado, el desmantelamiento de sus instituciones, un mensaje permanente de odio y revanchismo del señor que ejerce la Primera Magistratura le sumamos una sociedad crispada, abrumada por las injusticias e imposibilitada de satisfacer sus necesidades más elementales, nos encontramos ante un cocktail explosivo de impredecibles consecuencias que puede sumergir a la Argentina en una nueva ola de violencia generada por los mismos que la protagonizaron en los años 70 de la que no se esta lejos .-
Utilizar a la policía como catarsis de los resentimientos sociales no podrán mantenerse por mucho en el tiempo y las furias del descontento popular entonces, podrían alcanzar a quienes se sienten seguros tras el poder